Reencantándome con la pesca

Así tal cuál, tratando de volver a encantarme con la pesca, que si bien es cierto seguía ligado con la expo pesca en su momento y la organización del stella maris, sentía una apatía con todo lo relacionado con la pesca, las escasas capturas por la corriente del niño, la invasión de surfistas, pescadores deportivos y redes artesanales en los cotos cercanos, hacían que esas pequeñas jornadas de pesca ya no fueran lo mismo, el cansancio y el trabajo me quitaban las ganas de ir más lejos a pescar, pero se dio la compra del auto, las fiestas patrias y pasó un mes en que no toque la caña y me pude desintoxicar, ya para este fin de semana volvía a sentir ganas de salir, un grupo pequeño y aprovechando la ruta reparada al sector del blanco pero solo por la mañana ya que teníamos compromisos en la tarde y luego el mar movía mucho.

Luego de la bajada de última hora del walter, partimos cerca de las 6 está fría mañana, Mario, Gatito, el pato y yo.

Cómo siempre el viaje se hace muy corto con las historias, está vez el gatito se mando unas de esas de miedo, del sur, de brujos y penaduras….claro que se puso muy fantástico gatito tetue trauco Gajardo.

Luego de un viaje bastante rápido hasta el cobre y harta calamina hasta el parvulario, en donde nos percatamos que estaba muy embancado aún, continuamos ruta al blanco pero finalmente optamos por bajar a pan de azúcar.

Gatito con el mario se fueron derecho a las rocas y con el pato bajamos a la playa, no había mucha agua pero uno que otro pozón invitaba a probar, la ola algo rápida por lo que opte por señuelos, mientras que el pato más allá probaba con vinilos.

La tentación estaba de armar una chispa y probar detrás de la rompiente en busca de alguna corvina, pero la veda hay que respetarla, me concentre en los lenguados, rápidamente cobro uno pequeño que se fue devuelta. era rara la morfología de la playa, en la rompiente un canalón, bien adentro pero muy revoltoso, luego una zona muy plana y en la orilla misma un canalon paralelo a la orilla de un poco más de un metro de profundidad. el secreto era calcular la ola para que el señuelo pasara por ese canalon de orilla justo detrás de la ola, de manera de mantenerlo coleteando en esa zona, si te pillaba la resaca golpeabas el señuelo en las piedras de la orilla y si te adelantabas a la ola simplemente te botaba el señuelo.

El agua estaba muy clara aunque con algo de espuma, eleji un color tradicional, lomo negro, flancos plateados. veía cómo nadaba perfectamente el señuelo, casi al salir, a no más de un metro y medio de mi posición siento un enganche en la salida del canalon, y veo el lenguado arrancando hacia adentro, precioso, grande y poderoso, lo aguanto adentro y lo acerco sin apretarlo mucho, saco el gancho y le dejo preparado, ya que intentar tomar un lenguado en piedras bolas es muy traicionero, un par de olas y pa fuera, bordeo los 5 kilos.

Prácticamente no me pude seguir moviendo ya que andar cargando ese lenguado era poco práctico, cobre varios más pequeños, siempre teniendo cuidado al devolverlos, manos húmedas, no posarlo en arena o piedras secas, no manipular las agallas y en lo posible tomarlo de la guata y del hocico, luego depositarlo en el agua, nunca lanzarlo.

Ya casi haciendo hora para devolvernos en un cruce de olas tengo la segunda pelea bonita, igual la disfrute mucho, no adrenalínica cómo la corvina, sino más bien técnica, para vararlo adecuadamente, y de ser posible evitar que se sacuda con el señuelo en la boca y lo termine dañando más de lo necesario en las piedras de bola.

Y hasta ahí la pesca, la espalda me empezó a molestar un poco y ya tenía asegurado el frito y el ceviche, para que más.

Una jornada que me devuelve las ganas

Pasamos susto ya que el gatito se quedó en la camioneta escuchando música y descargó la batería, menos que partió sin mayores problemas empujándola.

En el camino de vuelta llevamos a un alguero que se dirigía a Antofagasta, muy simpático el hombre, conversamos de los diversos sectores de pesca, claro que sin darse cuenta comprobamos dos hechos que me dejaron muy triste. El primero es que la principal fuente de ingresos de los pescadores de la caleta el blanco es la extracción de huiros, que si se hace en botes es destroncar, lo que hace mucho daño a los peces bentónicos, una realidad cada vez más usual en muchas caletas, pan para hoy y hambre para mañana, pero además también dejó en evidencia el uso de dinamita para la pesca del dorado.

Impotencia es la palabra, el gatito me contaba de un pescador de esos que recién se inicia, en la rinconada fue inspeccionado y tenía una par de corvinas de kilo cada una, le requisaron los equipos y lo multaron con 4 utm, algo así cómo 160 mil pesos, sernapesca apoyados por los marinos, está bien, pero que mal enfocado están los recursos de fiscalización, entiendo que es muy complejo fiscalizar estos actos en zonas cómo caleta el blanco por lo lejano, pero no solo estamos hablando de infracciones a la ley de pesca, sino que a la de control de armas, lo que no es una infracción sino un delito, creo sinceramente, y sin relativizar la veda de la corvina, que se nos carga la mano a los deportivos y se hace vista gorda con verdaderos crímenes ambientales.

Es difícil ser tan taxativos con estas personas, que a duras penas sobreviven en medio de la nada, pero hay intereses superiores y no veo que sean conscientes del daño que generan, una verdadera lástima.

Ya en antofa el ritual clásico

Hace unas semanas pedí un ceviche en el pub y fue plata pérdida, humildemente me quedo con el mio.

Saludos y buena pesca para todos

 

Saludos y buena pesca para todos.

Mauricio Hernández Aliaga – Mecano

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