27 Dic ENCHULANDO A LA NEGRA – Diciembre 2017
Añoranza es la palabra que usualmente traemos a la boca cuando recordamos aquellos humildes inicios en nuestro deporte, generalmente partiendo de una catalina de mano o tarrito en algún borde de roca en dónde un pequeño pez era lucido orgullosamente a nuestros amigos y familiares. Todo tiempo pasado fue mejor dice el viejo refrán, en parte sí, la pesca era más simple y mucho más abundante. Hoy en día ese mismo tarrito o catalina poco podría hacer en los cotos altamente presionados por la pesca, la contaminación y la simple presencia humana.
Es verdad, la pesca recreativa es un buen mercado para cuanto producto tecnológico aparezca, desde los mismo equipos de pesca a indumentaria y vestimenta, camping y comunicaciones, la lista es enorme y el gasto asociado a nuestro deporte sufrió un alza de quizás un 1.000% respeto a sólo una década atrás. Pero separando el grano de la paja, sin lugar a dudas hemos tenido acceso a tecnología que nos ha permitido maximizar nuestras chances de éxito, sin ir más lejos la curva de aprendizaje de quién se inicia, accediendo a equipos de buenas prestaciones es muy corta, al cabo de pocas semanas ya luce orgulloso en sus vitrinas sendos lenguados, corvinas o monos. sin estos avances tecnológicos sería muy difícil llegar a buen término en la pesca a spinning.
Creo ser uno de la primera camada de pioneros en importar equipos de alta gama, primero americanos, lamiglass, st croix, gloomis luego japonenes daiwa, shimano, yamaga, tenryu. Mucha prueba y error, mucho dinero invertido y muchas satisfacciones también. Una de mis primeras compras onerosas fue la caña de la categoría surfishing en su rango más liviano de la marca gloomis el modelo 1264S. Ya casi mítica esta caña me ha acompañado por una década o quizás más, pescas fabulosas atesoro en mi memoria, compañera de mil batallas, con ella he surcado las aguas desde Arica hasta los choros, compartido anécdotas y también derrotas. Quizás lo más destacable de esta caña es su polivalencia, al ser de la serie surf(esto sería más o menos el equivalente a nuestro “chispear”) es una caña potente, declara cómo máximo 3 onzas o 84 gramos, yo la utilice con chispas de hasta con 70 grs. y las lanza con prestancia aunque algo sobrecargada a partir de los 60 hacía arriba, en el rango de los 50 gramos es simplemente perfecta, pero al ser del rango más liviano de esta modalidad de surfishing es a la vez muy flexible lo que permite lanzar muy poco peso de muy buena forma, declara media onza o 14 gramos cómo rango bajo y sumado a su largo de 3,2 metros la convierte en una muy buena lanzadora de señuelos, resultando ideal para una jornada de pesca en dónde los escenarios cambien, ya sea pescando a 20 metros con señuelos livianos o rozando los 100 con una buena chispa. Claro que el tiempo pasa inexorablemente tanto para mi negra cómo para mi, sus 420 gramos me pasaban la cuenta en jornadas de más de 3 horas y su tecnología de anillas era del tiempo del nylon, por lo que no estaba sacando todo el provecho a mis carretes más modernos y líneas de 8 hebras, era tiempo de tomar una decisión, podía venderla y actualizar a una caña de características similares cómo esta:http://www.plat.co.jp/shop/catalog/…
O podría cometer el sacrilegio de modificarla.
Difícil tarea aquella, ya que este blank es extremadamente flexible, lo que lo hace una caña lenta, semiparabólica, al modificar el anillado corro el riesgo de perder la parte baja de su lance, haciéndola más dura lo que le quitaría su mayor mérito que es su polivalencia, ya que no es complejo conseguir buenas cañas chisperas, por otro lado al ser una caña pesada posee un mango largo, a diferencia de las cañas modernas de la mitad del peso de la gloomis en dónde pueden recortar el mango y de esta forma darle más blank útil a la caña, muchas variables en juego pero en el peor de los casos, si no lograba un buen resultado, siempre podría volver a la configuración original.
Luego de meditarlo me decidí, era tiempo de enchular a la negra, lo primero fue hacer los cálculos necesarios, cómo en esto no hay que reinventar la rueda documente algunas cañas de potencia similar (obviamente de surfishing) poniendo especial atención en el canal de reducción, es decir las primeras tres anillas que toman la línea y van reduciendo el espiral que sale del carrete para que de ahí en adelante sean conducidas por anillas pequeñas y pegadas al blank para darle mayor sensibilidad y rapidez. Tal cómo ya comenté tenía menos Blank disponible al tener el mango mas largo, podría haber movido un poco hacía la cola el portacarrete pero los 400 gramos hay que afirmarlos bien al lanzar por lo que no me resultaba muy atrayente esa idea, acortar la distancia del canal de reducción podría ser catastrófico en la medida que use líneas mas finas, muchos cálculos en excel para poder compatibilizar en el papel el mejor setup
Luego ya sólo quedó hacer el pedido de las anillas K para complementar algunas que ya tenía de proyectos anteriores a www.mudhole.com y esperar el interminable tiempo a que llegaran.
A pabellón… Muchas marcas y raspones de tantas jornadas, sin poner tanta finura en los detalles sino más bien pensando en la funcionalidad, esa era el alma del proyecto.
Las viejas anillas sic aportaban 50 gramos a la caña, reduzco unos 20 con el nuevo juego, algo marginal para el peso total del equipo, no va por ahí la mejora.
Luego en la medida que tenía algo de tiempo empezaba el lento trabajo de anillar cada una en su posición establecida.
Las dudas me atormentaban, ya que este blank es muy distinto a los modernos blank de las cañas actuales, ambiciosa tarea de mejorar algo que ya por si, es excelente, de a poco iba tomando forma.
Y finalmente llegamos al epoxy, ya estaba hecho.
esperar un par de días que se catalice correctamente y a probarla en acción.
Y finalmente llegó el momento, probando desde chispas a señuelos y vinilos, faltan más pruebas pero a priori la caña está más rápida lo que mejoró bastante el lance de las chispas y los señuelos de transferencia de pesos, se nota mucho el desahogo más rápido de la línea, al punto que empiezo a notar algo tosco mi braid de #1.5 , con una mata de huiro note quizás que perdió algo de potencia pero mantiene esa elasticidad exquisita que permite lanzar haciendo ese latigazo en el aire que carga toda la fuerza de inercia del blank.
Sigue siendo pesada pero mejoró bastante la distribución de fuerza en el blank, centrándola justo en el punto medio del tramo superior, manteniendo de este modo la polivalencia que me gusta tanto de esta caña.
Y cómo toda prueba no puede estar completa sin apretarla, desde la roca de playa amarilla en una jornada en que la playa estaba bastante congestionada de pescadores, con un vinilo bien pegado a fondo siento el enganche de una respetable ruzia que arrancó hacía la playa, por lo que opte por cansarla adentro de modo de poder manejar mejor la lucha en los bordes de roca con los letales piures. sólo bastó un par de minutos para que la batalla cesara pero se varó hacía la playa, lo que me obligo a pasar por arriba de cuanto obstáculo tuvo que sortear para cobrarla en la arena misma.
Ya extrañaba el chirrear del carrete que producen las corvinas más potentes, cómo siempre la caña algo nerviosa al principio pero con suficiente reserva para manejar sin problemas una pieza cómo esta.
Mas que conforme con los resultados, aún falta evaluar pero creo que cuando muera pediré que la negra se vaya conmigo.
Saludos y buena pesca para todos.